Durante la crisis de rehenes en la década de los 80s, y luego de que el primer atento por rescatarlos fallo, el pentágono comenzó a formular un plan para intentar nuevamente el rescate.
El plan requeriría de un C-130 capaz de aterriza dentro del campo de futbol de un estadio Irani, para ayudarlo a realizar esto, se instalaron cohetes en el fuselaje del avión, se montaron en tres configuraciones, una requería que los cohetes apuntaran hacia enfrente para detener el avión, la siguiente requería que los cohetes apuntaran hacia abajo para frenar el descenso del avión y una tercera modificación con los cohetes apuntando hacia atrás para ayudar al avión a despegar.
Sin embargo la operación fue cancelada cuando uno de estos aviones tuvo un accidente durante una prueba, los pilotos accionaron antes de tiempo los cohetes para frenar el avion, el avión aun se encontraba en el aire y los pilotos no encendieron los cohetes para frenar su caída, como resultado el avión quedo destruido pero nadie resulto herido.